sábado, 23 de diciembre de 2017

Giorgio de Chirico:

El teatro de la mente


En principio,  una exposición de «síntesis» de la obra de Giorgio de Chirico (Volos, Grecia, 1888 – Roma, 1978) hubiera podido ser todo un acontecimiento. Sin embargo, lamentablemente, en esta ocasión no ha sido así. Aunque claro, siendo de Chirico un artista tan referencial en el arte de nuestro tiempo, la muestra no deja de tener interés.
Organizada en colaboración por la Obra Social “la Caixa” y la Fundación Giorgio e Isa de Chirico, la exposición reúne más de 140 obras, en su mayor parte datadas a partir de 1940. Es, además, un dato especialmente sorprendente la gran cantidad entre ellas ante-datadas en el lienzo por el propio de Chirico, con su firma y fechas inadecuadas, algo que afortunadamente se corrige en las cartelas. En todo caso, las etapas más relevantes del trabajo artístico de de Chirico, desde 1910 hasta los años treinta, está casi ausente, salvo la excepción de algunos bellos dibujos y de una pintura de extraordinaria calidad: Los arqueólogos, realizada en 1927.

Los arquéologos [Gli archeologi] (1927).
Óleo sobre lienzo, 116 x 89 cm. Galleria Nazionale d'Arte Moderna e Contemporanea, Roma.

El montaje es limpio, bien concebido, y se articula en seis secciones: Retratos y autorretratos, Plazas de Italia y maniquíes, Interiores metafísicos, Baños misteriosos, Mundo clásico y gladiadores, e Historia y naturaleza. Las piezas expuestas permiten apreciar la constante repetición de temas, ideas y composiciones plásticas que caracterizan las cuatro últimas décadas del trabajo artístico de de Chirico. El referente continuo es siempre la antigüedad clásica: Grecia y Roma, y junto a ello el clasicismo pictórico, particularmente en los retratos.

La esposa fiel [La sposa fedele] (1917).
Lápiz sobre papel, 32 x 22 cm. Galleria Nazionale d'Arte Moderna e Contemporanea, Roma.

Este aspecto serial, la repetición temática y estilística, ha sido ya bastante criticado. Aunque, en sentido contrario fue defendido en 1982 por Andy Warhol: “Adoro su obra y esta manera de repetir las mismas pinturas una y otra vez. Me gusta mucho esta idea; pues pensé que sería formidable hacerlo”. El juicio de Warhol no resulta extraño, pues desde un punto de vista estrictamente formal la pintura de Giorgio de Chirico guarda bastante paralelismo con la estética pop. De Chirico no es un pintor del detalle, o de la precisión, sus cuadros se estructuran sobre un esquematismo expresivo que los hace equivalentes a los carteles, a la representación directa de la publicidad. A ese respecto, podríamos caracterizar su obra por un cierto sentido pop de la representación clásica.


Las musas inquietantes [Le muse inquietanti] (1947) [firmado: 1925].
Óleo sobre lienzo, 97 x 66 cm. Galleria Nazionale d'Arte Moderna e Contemporanea, Roma.

A finales de los años sesenta, de Chirico comenzó a hacer esculturas en bronce, algunas de las cuales se presentan en la muestra. Aquí la repetición sigue el curso de la transposición: figuras de maniquíes en tres dimensiones que repiten de forma apagada lo que había sido intensa representación pictórica de la humanidad como enigma. Esculturas que sorprenden por su pequeño alcance.
El contraste de esta deriva, que sitúa la obra de de Chirico en un plano casi de mera ilustración de referentes míticos e históricos de la antigüedad respecto a la intensidad conceptual y plástica de sus primeras décadas, resulta evidente recorriendo esta exposición. El de Chirico de antes centra su mirada en el enigma, siempre presente en las vidas de los seres humanos. Un lema que inscribió, en latín, como título de la obra en el marco de la misma: ¿Y qué amaré, sino el enigma?


El huésped misterioso [L'ospite misterioso] (1934).
Una de las diez litografías para el libro de Jean Cocteau Mythologie, 28,2 x 22,2 cm. 
Fondazione Giorgio e Isa de Chirico, Roma.

El enigma: de ahí brota la interrogación plástica de de Chirico sobre la mente perdida en los escenarios urbanos, en los nuevos ámbitos de la ciudad moderna, que dota de un gran alcance a su obra. Pero las plazas vacías, las arquitecturas y esculturas, los maniquíes, las naturalezas muertas (que él prefería llamar “vidas silenciosas”, en un eco obvio de la expresión en inglés “still lifes”), acabarían dando paso posteriormente a  la repetición y a la ilustración de motivos mitológicos de la antigüedad clásica.
La centralidad del enigma se reformulará años después como arte metafísico, un término que registra el interés de de Chirico por la filosofía, y su lectura de los textos de los grandes clásicos de la disciplina. En 1919, en su texto «Nosotros metafísicos», escribiría: “La astucia más terrible que regresa desde más allá de los horizontes inexplorados para fijar en la metafísica eterna, en la terrible soledad de un inexplicable lirismo: una galleta, el ángulo formado por dos paredes, un dibujo que evoca algo de la naturaleza del mundo estúpido e insensato que nos acompaña en esta vida tenebrosa”.


Plaza de Italia con fuente [Piazza d'Italia con fontana] (c. 1968) [firmado: 1954].
Óleo sobre lienzo, 40 x 50 cm. Fondazione Giorgio e Isa de Chirico, Roma.

En otro escrito del mismo año, publicado unos meses después: «Sobre el arte metafísico», manifiesta su rechazo a considerar el sueño, otra de las claves iniciales de su trabajo, como “una fuente de creación”, ya que “en el sueño ninguna imagen, por extraña que sea” golpearía “con potencia metafísica”. Puede así apreciarse una línea de distanciamiento con el surrealismo, que se hace explícita al situar el sueño por debajo de los misterios y apariencias que la mente humana encuentra: “es cierto que el sueño es un fenómeno extrañísimo y un misterio inexplicable, pero aún lo es más el misterio y la apariencia que nuestra mente otorga a ciertos objetos, a ciertos aspectos de la vida.” Giorgio de Chirico: la mente en acción, su flujo abierto en el teatro de la vida.



* El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad. Comisarias: Mariastella Margozzi y Katherine Robinson; CaixaForum Madrid. Del 23 de noviembre de 2017 al 18 de febrero de 2018.

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.309, 23 de diciembre de 2017, p. 18. 

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