lunes, 28 de septiembre de 2015

Exposición de Pierre Bonnard

Desnudar el color

Aunque su obra ha sido objeto de atención en importantes exposiciones internacionales en las últimas décadas, esta muestra de Pierre Bonnard (1867-1947) es la primera en España desde la que pudo verse también en Madrid, en la Fundación Juan March, en 1983. Se trata de una producción conjunta de la Fundación MAPFRE, el Musée d’Orsay de París y los Fine Arts Museums of San Francisco.

El hombre y la mujer [L'Homme et la femme] (1900). 
Óleo sobre lienzo, 115 x 72,3 cm. Musée d’Orsay, París.

Articulada en 8 secciones: Japonismo, Interior, Intimidad, Retratos escogidos, Ultravioleta, Las grandes decoraciones, Obra sobre papel y Fotografía, la exposición plantea una síntesis completa, con un planteamiento a la vez temático y cronológico, de la trayectoria artística de Bonnard. En ella, pueden verse 75 pinturas, algunas de ellas de una calidad excepcional, 10 0bras sobre papel y 50 fotografías, a través de las cuales se alcanza plenamente el objetivo antes mencionado.
La muestra es magnífica, aunque cabe hacer una pequeña objeción: la presentación de las fotografías, todas ellas de pequeño formato y con un carácter documental, con el mismo rango en el montaje que las obras artísticas, lo cual es un sinsentido. Está bien mostrarlas, pero como documentos, y por tanto con un tratamiento diferenciado del que se da a las pinturas y al escaso número de obras sobre papel.

Bañera, o El baño [Baignoire ou Le Bain] (1925). 
Óleo sobre lienzo, 86 × 120,6 cm. Tate Gallery, Londres.

La figura de Pierre Bonnard despunta en la escena del final de siglo parisino, como uno de los fundadores del grupo de los Nabis (adaptación al francés de una palabra hebrea que vendría a significar Profetas), cuya primera exposición tuvo lugar en 1891. En ese grupo fue central la huella de Paul Gauguin, así como un planteamiento espiritualista que ya transmite de forma explícita el nombre elegido.
A partir de esos inicios, Bonnard fue desplegando una trayectoria propia, con rasgos plenamente individuales, cercanos tanto a las estéticas simbolistas como a las fauvistas, pero a la vez diferentes, con un tratamiento de la figuración más fiel a la tradición que a la ruptura. Hay un eje que marca toda esa trayectoria: el color, que constituye el núcleo de toda su obra, y que para él establecía la raíz de la expresividad pictórica.

El boxeador (retrato del artista) [Le Boxeur (portrait de l'artiste)] (1931). 
Óleo sobre lienzo, 54 × 74,3 cm. Musée d’Orsay, París.

Ese flujo desnudo del color, articulando formas y figuras, cercanías y distancias, te lleva de un lado a otro en sus pinturas, en las que siempre se busca un tono anti-solemne, de proximidad, intentando llevar la mirada, tanto del pintor como de los públicos, hacia dentro. Sus puntos de atención van de la vida cotidiana, la intimidad, las escenas de familia con animales domésticos (sobre todo, gatos), a la ilustración gráfica y a la decoración (pictórica) de interiores.
El color irradia en todo momento. Pero quiero destacar dos aspectos de este magnífico pintor que la muestra permite apreciar en toda su intensidad. En primer lugar, las escenas y situaciones que se presentan bajo la rúbrica Intimidad, en las que predominan las representaciones de desnudos femeninos en el aseo, en el cuarto de baño. El pintor del color es un voyeur, un mirón, en cuya obra late la huella de esa mirada fetichista que se hizo explícita por vez primera en Edgar Degas, y que tanta impresión causó también en Pablo Picasso.

Autorretrato [Autoportrait] (1945). 
Óleo sobre lienzo, 56 × 46 cm. Fondation Bemberg, Toulouse.


En esa línea, desnudar el color llevaba implícito en Pierre Bonnard desnudar la mirada. Y no sólo a través de la plasmación fetichista del deseo, con un amplio recurso a los juegos de espejos, representados en las pinturas de los cuartos de baños, que a su vez son en sí mismas espejos de todos los que las miramos. Desnudar la mirada conlleva también, en último término, desnudarse a uno mismo, hasta el fondo, en las oscilaciones del color que brota de dentro, en los autorretratos.
No se los pierdan: hay en la muestra nada menos que seis autorretratos que, para mí, junto a los desnudos en el cuarto de baño, constituyen lo mejor de Bonnard. En el primero, cronológicamente, El hombre y la mujer (1900) da una imagen de sí mismo, desnudo, junto a la mujer, también desnuda, en el dormitorio. Y así, a través de otros cuatro excepcionales, llegamos hasta el último, fechado ya en 1945, donde el rostro en el espejo del color nos transmite la visión del inevitable final.


* Pierre Bonnard; Comisarios: Guy Cogeval, Pablo Jiménez e Isabelle Cahn; Fundación MAPFRE, Madrid, hasta el 10 de enero de 2016.

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.201, 26 de septiembre de 2015, p. 22.

domingo, 13 de septiembre de 2015

La colección del MEIAC

El arte, huella de la vida

Un rasgo que define la situación contemporánea de España en comparación con otras naciones de nuestro entorno, de modo intensamente negativo, es la falta de continuidad de los proyectos culturales. Con demasiada frecuencia, iniciativas e instituciones culturales del más amplio aliento quedan abandonadas, postergadas y, en ocasiones, incluso disueltas. Sin más.

Antoni Muntadas: On Translation. Listening [Sobre la traducción. Escuchando] (2005). DVD, loop.

Por ello, hay que felicitarse de que una institución artística ejemplar: el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, haya cumplido veinte años de existencia, aniversario del que se da cuenta pública por medio de una excelente muestra, selección de sus fondos, que se presenta ahora en Fuenlabrada y a continuación en la propia sede del Museo, en Badajoz.

Alfredo Jaar: Epilogue [Epílogo] (1998). Vídeo monocanal, DVD. 3'.

Dependiente del gobierno autonómico, la Junta de Extremadura, el MEIAC se abrió al público en mayo de 1995. Desde entonces hasta ahora, a su frente como Director ha estado en todo momento Antonio Franco, quien para poder llegar hasta hoy se ha visto obligado a superar no pocas travesías del desierto, e incluso una reducción hasta límites extremos de la asignación presupuestaria, imprescindible para que cualquier institución cultural pueda cumplir de forma adecuada su misión. Ojalá este aniversario sirva para una toma de consciencia definitiva de su importancia, y que a partir de ahora pueda tener una estabilidad y un apoyo plenos.
Al comenzar sus actividades, los objetivos del MEIAC se situaron en tres ejes que brotaban de la memoria, de sus raíces culturales: España, Portugal e Iberoamérica. A partir del año 2000, su atención se amplió a un cuarto eje: la producción artística sostenida en los nuevos avances tecnológicos, en especial los digitales. Fue el primer museo español en incluir el arte de los nuevos medios en su colección, exposiciones y actividades, y en 2008 creó NETescopio, un archivo destinado a preservar obras para internet.

Eduardo Kac: The Bunny Variations [Las variaciones del conejito] (2007). 
12 serigrafías, 40 x 54 cm cada una.

Lo que considero más relevante es que esos cuatro ejes de atención hayan ido articulando la formación y enriquecimiento constantes de una magnífica colección de obras artísticas, a pesar de todas las dificultades antes mencionadas. Se trata de algo decisivo, pues lo que distingue fundamentalmente al museo de las salas de exposiciones, o de otras plataformas de actividades artísticas, es precisamente la construcción de una colección, de un patrimonio cultural que se abre y ofrece a los públicos del presente y del futuro.
La exposición 95 / 15 permite apreciar la relevancia artística y la coherencia de una colección articulada sobre los cuatro ejes ya indicados. El comisario, y también artista, Gustavo Romano, la ha organizado en un conjunto de secciones o planos temáticos, con las siguientes denominaciones: “algoritmos”, “testimonios”, “resistencias”, “desvíos”, y “ficciones”. En Fuenlabrada, por razones de espacio, se muestran obras de 58 artistas, en Badajoz serán 79.

 Jorge Molder: The Sense of the Sleight-of-Hand Man [El sentido del hombre prestidigitador] (1990). Fotografía, gelatina de plata. 102 x 102 cm.

El resultado, con un magnífico y limpio montaje, es especialmente sugestivo. Pues la diversidad de obras y propuestas constituye un recorrido que nos permite transitar en síntesis por las líneas y tendencias del arte de nuestro tiempo. De su relación con el pensamiento científico y la tecnología, a las actitudes de compromiso político y moral frente a los diversos tipos de poderes coercitivos. Del deambular como deriva para así encontrar sentidos alternativos en la compleja red de la existencia contemporánea, a la fabulación, el relato y la poesía como núcleos de la expresión plástica.

Juan Muñoz: Living in a Shoe Box [Viviendo en una caja de zapatos] (1994). 
Acero, motor. Medidas variables.

La lista de artistas, y la calidad de las obras, impresiona. Para que puedan hacerse una idea precisa, menciono a continuación a algunos de los artistas, encuadrados en las distintas secciones. En “algoritmos”, el Equipo 57, Saint Clair Cemin, Pablo Palazuelo, Ángel Duarte, Peter Luining, Fernando Sinaga, Pello Irazu… En “testimonios”, Antoni Muntadas, Augusto Alves da Silva, Félix Curto, Paulo Nozolino, Gabriel Orozco, Andrés Serrano, Miguel Rio Branco, Brian Mackern, Pedro G. Romero… En “resistencias”, Joana Pimentel, Alfredo Jaar, Santiago Sierra, Pedro Garhel, Noé Sendas, Manuel Ocampo, Regina José Galindo, Tania Bruguera… En “desvíos”, el colectivo de arte para la red (net art) 0100101110101101, Joan Leandre, Martín Sastre, Arcángel Constantini, Eduardo Kac, Jorge Macchi, el propio Gustavo Romano, Wolf Vostell, Francis Alÿs, Los Carpinteros… Y, por último, en “ficciones”, Óscar Muñoz, Jorge Molder, Dora García, José Antonio Sistiaga, Juan Uslé, Guillermo Kuitka, Liliana Porter, Ray Smith, Marta Mª Pérez Bravo, Scott Draves, Olia Lialina, Juan Muñoz, Julião Sarmento…
Ya ven, nombres relevantes de una gran colección, en la que España, Portugal, Iberoamérica y el arte de los nuevos medios se entrecruzan, trazando una imagen de conjunto del arte de nuestro tiempo. La colección del MEIAC como registro artístico de nuestras raíces culturales e históricas y como proyección abierta hacia el futuro. El arte como huella imborrable de la vida.   


* 95 / 15. Miradas sobre la colección del MEIAC en su XX aniversario; Comisario: Gustavo Romano, Centro de Arte Tomás y Valiente, Fuenlabrada, Madrid, hasta el 25 de octubre de 2015. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.199, 12 de septiembre de 2015, pp. 20-21.