lunes, 29 de julio de 2013

Un verano con Platón

 
 
 
 
Sigo recordándolo como si hubiera pasado ayer, porque marcó definitivamente mi vida. Acababa de cumplir quince años, trabajaba para poder estudiar desde hacía justamente un año, y tras terminar lo que entonces se llamaba 'bachillerato elemental' tenía que decidir mi opción: ciencias o letras, para lo que venía a continuación, el 'bachillerato superior'.

Entonces cayó en mis manos un libro que, claro está, sigo conservando. En él, tres diálogos de Platón: Banquete, Fedón y Fedro (Guadarrama, Madrid, 1969), en una edición limpia y hermosa de Luis Gil. Creo que leí los tres diálogos cinco o seis veces a lo largo del verano. Los conceptos, las categorías, la unión indisoluble de belleza, verdad y bien, a la que se accedía subiendo por la escala de eros, fijó el horizonte de mi sensibilidad y de mis aspiraciones. Filosofía: amor al saber, otra forma de estar en el mundo.
 
 
* PUBLICADO el 25 de julio en "De repente, AQUEL VERANO", serie editada por Bea Espejo en EL CULTURAL.es

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