lunes, 4 de febrero de 2013

Exposición de Albert Oehlen en Madrid


El trazo superpuesto

La excelente exposición del artista alemán Albert Oehlen que abre el año en La Casa Encendida es un signo más de la importancia de este centro cultural, que ha sabido configurar un perfil propio, y que todos deseamos que siga funcionando con normalidad, a pesar de las dificultades por las que atraviesa la matriz financiera de la que depende. Albert Oehlen (1954) ha sabido a lo largo de su trayectoria desplegar un sentido de la pintura abierto al diálogo con el mundo de hoy. Un mundo de intensa proliferación de imágenes en el que, apoyándose en la intensidad expresiva y en la fuerza de las ideas de las que brota la obra artística, la pintura sigue teniendo mucho que decir.


Sin título [Ohne Titel] (1993). 
Óleo sobre lienzo, 200 x 200 cm. 

Para esta muestra: Conceptos de color modernos, se han seleccionado unos 50 dibujos de formato pequeño y medio, datados entre 1994 y 1999, 9 pinturas de gran formato: óleos fechados en 1993 y 1994 y óleos con collage de 2008, y 2 grandes dibujos al carboncillo de 2012. Viendo el despliegue de las obras, impresiona la coherencia interior y la profundidad expresiva que Oehlen alcanza en todas ellas. Si tuviera que señalar el "hilo rojo" que discurre a través de las mismas, lo situaría en el juego y contraste del trazo, de la línea, con las diversas modulaciones del color, que alcanza su máxima depuración en el trazo desnudo del carboncillo sobre el fondo blanco del papel en las dos obras más recientes.  
En la entrevista a cargo de Christian Domínguez que se recoge en el catálogo queda bastante clara la posición independiente, la afirmación individualista, en la que se sitúa Albert Oehlen. Como señala con rotundidad: "nunca me ha gustado nada que sonara a gremio y siempre quise apartarme de esa senda". Las referencias a Marcel Duchamp, el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto y el Arte Pop, además de a su maestro Sigmar Polke, se toman como índices de que la decisión última sobre el valor de las obras artísticas la tiene el espectador, los públicos. Con esa actitud, Oehlen se coloca al  margen de lo ya dado, del agobio de las influencias recibidas, para intentar actuar con la máxima libertad posible. Ahí se enmarca su consideración de que el avance de la pintura hacia el futuro: "soy muy optimista" afirma rotundamente, no depende de materiales, técnicas o mezclas nuevos, sino únicamente de "nuevas ideas".

La madre del velo [Die Mutter vom Schleier] (1994). 
Técnica mixta sobre papel, 42 x 29,7 cm.

El peso fundamental en su trabajo lo lleva la evolución de la línea, que dibuja y libera en el espacio de la representación los aspectos de la experiencia: vistos y no vistos, conscientes y no conscientes, que se ofrecen a nuestra mirada. La línea, el trazo, se perfila así como un vuelo enigmático, como un laberinto a desentrañar y recorrer. En los dibujos y pinturas de Albert Oehlen habita un tipo de expresión enmarañada, llena de desvíos y superposiciones. Expresión enmarañada que nos habla del mundo de hoy, en el que las imágenes, en su proliferación desbordante, nos llegan en todo momento "manchadas", veladas. Un hermoso dibujo, enmarañado y lleno de superposiciones, presente en la exposición, se llama precisamente La madre del velo (1994). Para poder ver, hay que aprender a saber mirar a través del velo y el laberinto expresivo con el que la pintura nos desvela hasta qué punto cuando creemos ver no vemos, en qué medida tan intensa las imágenes mediáticas que nos asedian y rodean son una obturación de la experiencia.

Sudor [Sweat] (2008). 
Óleo y papel sobre lienzo, 270 x 310 cm.

En los cuadros de gran formato, de 2008, en los que se consigue una síntesis magistral de la pintura al óleo con el collage, Oehlen revierte en el plano el volumen y el dinamismo de las imágenes mediáticas, fundamentalmente publicitarias, así como su constante utilización del lenguaje, de la escritura, como fórmula autoritaria. La unidad formal se consigue con lo que Oehlen llama "adhesividad" de los fragmentos de imágenes mediáticas que se pegan sobre el lienzo y la "profundidad" que introduce la pintura. Esa "profundidad", que tacha, corta, invierte y subvierte, que, en definitiva, enmaraña la pretendida limpieza de la imagen mediática, rompe plenamente su fuerza autoritaria, destruye su impacto. La pintura se convierte en interrogación de lo que vemos, en desmontaje irónico de un tipo de representación que se pretende sin fisuras para así imponer y extender su dominio.


* Albert Oehlen: Moderne Farbkonzepte [Conceptos de color modernos]. Comisario, Christian Domínguez. La Casa Encendida, Madrid, del 31 de enero al 5 de mayo de 2013.


PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1078, 2 de febrero de 2013, p. 22.


1 comentario:

  1. Los sentidos ,la razón y el alma son los instrumentos que han conducido la obra de Albert Ohelen. Enhorabuena a la Casa encendida por no esquivar a los buenos artistas.

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