viernes, 28 de septiembre de 2012

Acerca de la 13 Documenta, Kassel


Inmateriales
Arte y vida cotidiana


La última edición de la documenta de Kassel, la 13, acaba de llegar a su cierre el pasado domingo, día 16. Este año se ha registrado la impresionante cifra de 860.000 visitantes de pago, durante los 100 días que ha permanecido abierta, a los que habría que sumar otros 27.000 más que fueron a ver la exposición en Kabul entre el 20 de junio y el 19 de julio, que también formaba parte de esta documenta. ¿Una exposición de arte contemporáneo en Kabul, la capital de la torturada Afganistán…? Pues sí. A lo que habría aún que añadir la celebración de un seminario de ocho días en Alejandría, Egipto, y un encuentro de 14 días en Banff, Canadá. La cifra de visitantes en Kassel supone un incremento de un 14% respecto a la anterior edición de la documenta en 2007. A partir de todos estos datos, hay ya algunas cosas de interés: el certamen no sólo mantiene, sino que incrementa su dinamismo e importancia desde el punto de vista de su repercusión pública. Y, junto a ello, en los tiempos de la globalización, se atreve a abrirse hacia territorios distantes y, en algún caso, enteramente vírgenes en lo que se refiere al arte.

William Kentridge - Imagen del rodaje de El rechazo del tiempo [The Refusal of Time] (2012).
Instalación y vídeo de 5 canales de unos 24 min.

Pude viajar a Kassel y visitar la documenta con un cierto detenimiento en agosto, y es verdad que la presencia de público, ya muy lejos de los días de inauguración en los que predominan los profesionales, era muy alta. Un signo más de que, a pesar de tanta incomprensión, las propuestas artísticas de nuestro tiempo interesan y llegan a la gente, en mayor o menor medida. Eso sí, en lugar de una propuesta "concentrada", bien delimitada, esta documenta se ha caracterizado por su inabarcable tamaño y por la dispersión, tanto conceptual como física, de sus propuestas. No había temática, o planteamiento conceptual, de referencia. El equipo dirigido por la estadounidense Carolyn Christov-Bakargiev se propuso reunir a "más de 150 artistas y otros participantes de todo el mundo" para propiciar su encuentro y presentar "una variedad de prácticas artísticas, que incluyen escultura, performance, instalación, investigación y archivo, pintura, fotografía, cine, comisariado, obras textuales o de audio, así como otros experimentos en los campos de la estética, el arte, la política, la literatura, la ciencia y la ecología."

Kader Attia - Imágenes de La Reparación, de Occidente a las culturas Extra-Occidentales (2012).
Instalación en el Fridericianum Museum.

¿Todo eso junto…? ¿Se puede considerar que todos esos elementos, tan distintos entre sí, forman parte de lo que hoy llamamos "arte"? Me parece sumamente discutible. Lo que más he apreciado en esta documenta, frente a la evidente debilidad de las dos convocatorias anteriores, es que ha aportado un aire fresco, una forma abierta de trabajo, fuera de los senderos más trillados y de las imposiciones del mercado artístico. Un aire fresco que transmitía, en un ambiente de activismo político y social, que el mundo va mal, que la democracia no funciona, y que algo hay que hacer para cambiar las cosas. Es decir: indignación y búsqueda de alternativas. Pero no estábamos en la Puerta del Sol, sino en Kassel.
Y ese es el problema. A pesar de ciertos nombres y propuestas magníficas, entre los que destacaré a William Kentridge, Thomas Bayrle, Pierre Huyghe y Kader Attia, lo que más abundaba eran manifestaciones que no creo que se puedan propiamente considerar "artísticas". Desde propuestas de escuelas y vida comunitaria, hasta la demanda de protección de los perros en Tailandia, o una clínica temporal destinada a tratar las enfermedades urbanas. Continuamente pensaba en las reflexiones  de Henri Lefebvre sobre la centralidad de la transformación de la vida cotidiana para todo proceso de cambio social, a quien por cierto ni siquiera se menciona en el grueso Libro de los libros, nombre de resonancias bíblicas que se ha dado al catálogo.

Pierre Huyghe - Sin cultivar [Untilled] (2012), 1.
Entidades vivas y objetos inanimados, hechos y no hechos. Instalación en el Parque Karlsaue.

Pierre Huyghe - Sin cultivar [Untilled] (2012), 2.


Todas esas prácticas pueden proporcionar materiales al arte, pero para que podamos hablar de "arte" tiene necesariamente que haber construcción plástica. Y esa exigencia no siempre se cumplía en esta documenta, por lo demás estimulante desde un punto de vista social y político. Si las propuestas actúan en el plano de la comunicación, no se transciende ni el momento ni el acto. Para actuar como arte, éticamente, la representación plástica ha de buscar, intencionalmente, transcender el acto y el momento, ir más allá. Sedimentarse como forma.

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1059, 22 de septiembre de 2012, p. 24.

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