viernes, 29 de octubre de 2010

Visión y metamorfosis (sobre Luis Gordillo)

José Jiménez - Excelente la exposición de Luis Gordillo Sin título (provisional), organizada por Sergi Aguilar con intervención del propio Gordillo, y que puede verse en la Fundación Suñol, en Barcelona, hasta el próximo 29 de enero. La muestra presenta obras de Gordillo de la colección de la Fundación Suñol y del fondo del galerista Fernando Vijande, así como documentos gráficos, fotográficos y dibujísticos de la colección del propio Gordillo, junto con algunas intervenciones actuales que implican una mirada retrospectiva del artista sobre algunas obras intensamente significativas de su trayectoria en las décadas de los setenta y los ochenta.
Toda una reconstrucción genealógica que nos permite apreciar quién es Gordillo, su papel protagonista en la escena artística durante décadas, y su posición central en el arte de nuestro tiempo.
Para mí ha sido una experiencia particularmente emotiva, porque he podido reencontrarme con algunas obras de los años setenta que pude ver en el momento de su primera presentación pública y que contribuyeron de modo decisivo a abrir mis ojos y mi sensibilidad hacia el arte contemporáneo. Para todos los que vivimos aquellos años y seguimos fatigando (como escribía Virgilio) el itinerario de la existencia, Luis Gordillo es un auténtico maestro de la mirada.

(Cabezas rosas, 1977)

Pinturas como las impresionantes Piscina azul y Bañista plein soleil (ambas de 1971),  Adán y Eva (1973), Melchor Dúplex (1974), El alcohólico (1974), Trío gris y vinagre (1976), la sinuosa Cabezas rosas (1977), Galápagos (1979), 5 x 5 c, d y e (1981), Serie roja 1 (1982), la serie Gruyère (1983), Situación meándrica 3 (1986), junto con una presentación sobre papel de la serie Peter Sellers (1978), nos dan un entramado consistente del mejor Gordillo. Pero tenemos acceso, además, a todo un conjunto de materiales que permiten reconstruir el proceso de desconstrucción y reelaboración de la imagen que lleva a cabo en su trabajo.
¿Vemos lo que creemos ver? Gordillo nos conduce con sus obras a esas imágenes mediáticas que nos envuelven y con frecuencia agobian, sin dejarnos apenas resquicio para mirar y ver limpiamente. Pero ese es tan sólo el punto de partida. A partir de ahí, Gordillo tira del hilo interior y nos lleva a las metamorfosis ilimitadas que las imágenes experimentan en su impacto con nuestros cuerpos y hasta los estratos más profundos de nuestro psiquismo. Allí donde acecha el deseo. Filamentos y meandros, aguas deslizantes como espejos, agujeros abiertos: acechantes o no, colores desatados o melancólicos, fragmentos, dualidades, tríos, multiplicación serial. Con Gordillo, comprendemos: ver es bucear.
Para qué ponerse serios, solemnes, graves. El trabajo de Gordillo con la imagen muestra nuestras limitaciones, nuestra fragilidad. Somos nada más, y nada menos, que pequeños hilos desenvolviéndose en el bosque de los signos y que en un momento, inevitablemente, se quiebran. Lo mejor es tomarlo con humor y aprender a saber ver que en esos flujos abiertos e impredecibles está realmente lo decisivo: la experiencia de vivir. La vida, y nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario